sábado, 30 de mayo de 2015

Embassy of The United States of America (-73)

¡Buenos días!

El viaje a la Embajada Americana era una de las fechas más esperadas de estos meses. El 21 de mayo estaba bien rodeado en mi calendario: casi todos los becados nos íbamos a conocer, volaríamos hasta Madrid, iríamos a la Embajada a sacar nuestros visados (¡lo que nos permitirá vivir en USA!) y conoceríamos a algunos antiguos becados. Sí, suena muy guay. Y yo, que soy muy lista, escribo la entrada 9 días más tarde.

Mi despertador sonó a las 3:50 de la madrugada. Me levanté a las 4 y algo, y como me había acostado a las 12, parecía un zombi andante. Salimos de Vigo más o menos a las 4:30 para llegar a Santiago a las 5:45, y creo que no hace falta decir que fui todo el camino durmiendo.

Cuando llegamos al aeropuerto ya habían llegado casi todos. Yo me reuní con mis amigos y conocí a un montón de gente. Cogimos el vuelo a las 6:45 y la verdad es que estuvo muy bien porque hacía mucho que no iba en avión y las vistas eran muy bonitas. 


Llegamos a Madrid 20 minutos antes de lo previsto, y al bajar del avión nos llevaron a dos autobuses que nos llevarían a la Embajada y nos dieron comida. Me subí al más pequeño y me senté al lado de Andrea. En ese momento conocí a Alejandra y Paula y descubrí que eran fans de Los Juegos del Hambre (como yo) y ese momento fue muy fangirl. Entre que la manzana de Andrea tenía moho y no se la quería comer y que empecé a gritar cuando vi el edificio de Anaya (sí, el de los libros), no pude parar de reír en todo el viaje.

Aquí estamos Andrea, yo, Clara, Paula y Ale.
Cuando llegamos a la Embajada hicimos una fila enorme y estuvimos esperando no sé cuánto tiempo a hacer lo que hubiera que hacer muriéndonos del frío. Lo mejor fue que Andrea solo llevaba una camiseta de manga corta y un poncho y estaba ella toda normal y Adri y yo, que llevábamos una camiseta, un jersey y una cazadora, estábamos tiritando. Después de una larga espera entramos en la Embajada y os juro que parecía la policía. Nos registraron y fuimos hasta una sala con taquillas en la que te llamaban varias veces y tenías que dar tus papeles y hacer una entrevista que fue más o menos así:
- ¿Vas a estudiar en Estados Unidos?
- Sí.
- ¿Sabes donde?
- No.
- ¿Has leído el folleto de tus derechos en Estados Unidos?
- Más o menos, así por encima.

Fin. Lo mejor es que los que estaban en las taquillas eran americanos (o eso supuse yo) y no se les entendía un pimiento. Luego te daban el visado y te marchabas. Ay, el visado, ese papel importantísimo que no podemos perder de ninguna manera porque, como dijo Ana María (nuestra coordinadora), si lo hacemos, nos quedamos en España y sin exchange year. En ese momento todo el mundo revisó sus bolsos.

Cuando ya estábamos todos, fuimos hasta un hotel y entramos en una sala llena de comida. Estuvimos desayunando y hablando todos juntos y cabe destacar el momento en el que Brais pidió un minuto de silencio por los que faltaban; que al final no pudimos hacer, porque cada vez que nos quedábamos callados, alguien soltaba una chorrada y todos nos reíamos.

Más tarde llegaron unos antiguos becados de las primeras ediciones y estuvimos charlando con ellos y haciéndoles un montón de preguntas. Al acabar, una señora (majísima) que era algo de la Embajada nos dio una charla en inglés porque decía que nos teníamos que ir acostumbrando. Volvimos en bus al aeropuerto y esperamos una media hora dando una vuelta por Barajas a coger el avión. De vuelta, me cambié de sitio con Sofía y me senté al lado de Andrea, aunque iba tan cansada que me quedé dormida. Lo mejor es que me puse la cazadora encima de la cabeza porque en fin, yo dormida soy muy graciosa. En Santiago nos reunimos con nuestros padres y yo llevé de vuelta a Vigo a Bego, con la que estuve hablando todo el viaje.

Por último, dejo unas fotos, por el recuerdo y eso.


Ale, Paula, Adri, yo, Pablo, Andrea y Area.

Esperando en Barajas a coger el avión.
Congelados like a boss.




Volviendo a casa yo, Andrea y Helia (antes de dormirme).

¡Por cierto! Ya tenemos fecha de partida: el 11 de Agosto. Quedan un poco más de dos meses y la gente ya empieza a decir "te voy a echar de menos". Así que bueno, hay que ser paciente aunque dos meses pasan en nada... hasta la próxima.